martes, 13 de noviembre de 2012

El arte del silencio


La palabra es como la piedra, una vez que se lanza, no sabemos el daño que va a hacer. ( A veces alguien dice de otro que ha hecho un comentario: " menuda pedrada" ). 
No hay palabra mejor dicha que la que está por decir; entonces hemos de saber callar y también hablar a su debido tiempo con palabra precisa, correcta y necesaria; pues el tesoro del lenguaje limpio es herencia que todo padre debe dejar a sus hijos. 
Igual que una cicatriz afea un rostro hermoso, la palabra grosera rebaja al hombre más inteligente. 
Y peor todavía si al hablar caemos en la murmuración; entonces sí que podríamos decir aquello de Sócrates: “ Conócete a ti mismo ". 
Y no olvidemos tampoco lo que decía Pascal. " SI LOS HOMBRES SUPIERAN LO QUE UNOS DICEN DE OTROS, NO HABRÍA EN EL MUNDO CUATRO AMIGOS SIQUIERA". 

Es una acertada conducta la de hablar poco, midiendo nuestras palabras, teniendo muy en cuenta el sabio consejo de Séneca: " Jamás me pesó haber callado, pero sí haber hablado". 
Por eso que no se pueda decir de nosotros que nuestra lengua sea o pueda ser la universidad de maldades. 

"Hay muchas reglas gramaticales para aprender a hablar, pero ninguna que yo sepa para saber callar. 
La palabra pertenece 50 % al emisor y 50% al receptor: es sólo la mitad de quien la dice y la mitad del que la escucha, por eso hemos de preferir que se critique nuestro silencio antes que nuestras palabras".
 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Soltar, dejar partir

Todo vale la pena, porque somos quienes somos por aquello que hemos vivido. Somos quienes somos por aquello que algunas otras personas dejaron en nosotros. Pero somos, absolutamente, quienes somos gracias a aquello que hemos perdido, gracias a eso que ya no está.
¿Es tan fácil darse cuenta cuando a uno no lo quieren? ¿Basta con mirar al otro fijamente a los ojos? ¿Se alcanza con verlo moverse en el mundo? ¿Es suficiente con preguntarle o preguntarme?. Si así fuera, ¿Como se explica tanto desengaño? ¿Porque la gente se defrauda tan seguido?, Si en realidad, es tan sencillo darse cuenta de cuanto les importamos o no les importamos a los que queremos, ¿Como puede asombrarnos el descubrimiento de la verdad del desamor? ¿Como pudimos pensarnos queridos, cuando en realidad no lo fuimos?
Como ya dije una vez:  Nadie es más vulnerable a creerse algo falso, que aquel que desea que la mentira sea cierta.
Y es mentira que tenemos que cargar con cada cosa que hemos querido y valorado. Y es mentira que debemos seguir adelante con todo lo de antes, con todo lo que ya no está. Perdemos, perdemos no solo a través de la muerte, si no a través de el abandono, del cambio, del olvido, a través de seguir adelante.
Nuestras perdidas incluyen también nuestras renuncias conscientes o inconscientes, la perdida de los sueños románticos, la cancelación de nuestras esperanzas irrealizables, la pérdida de las ilusiones.
Es imposible, es imposible aceptar con una sonrisa, todas las cosas que, lamentablemente, son ciertas e ineludibles.
Hace falta aceptar la verdad que no queremos, de asumir de una vez, y para siempre que aquello que nos hiere no siempre puede ser remediado con besos, que ,esencialmente, estamos aquí solos, que tendremos que acertar el amor, mezclado con el odio, con lo bueno y con lo malo, que algunas de nuestras elecciones están limitadas por nuestra anatomía, que no importa cuan listos seamos, a veces, nos toca perder.
Y, no hay pérdida que no implique una ganancia, un crecimiento personal. Porque lo que sigue, después de haber llorado cada pérdida, después de haber elaborado el duelo de cada ausencia, es el encuentro con uno mismo, enriquecido por aquello que hoy ya no tengo, pero pasó por mi, y también por la experiencia vivida en proceso.

domingo, 21 de octubre de 2012

El reloj parado a las siete


En una de las paredes de mi cuarto, hay colgado un hermoso reloj antiguo, que ya no funciona, sus manecillas están detenidas casi desde siempre, señalan imperturbables la misma hora, las siete en punto.
Casi siempre, el reloj es un inútil adorno, en una blanquecina y vacía pared, sin embargo, hay dos momentos durante el día,dos fugaces instantes en que el viejo reloj parece resurgir de sus cenizas, como un ave fénix, cuando todos los relojes de la cuidad en sus enloquecidos andares marcan las siete, y los "cu-cus" y los "gons" de las maquinas hacen sonar siete veces su repetido canto, el viejo reloj de mi habitación parece cobrar vida. Dos veces al día, por la mañana y por la noche, el reloj se siente en completa armonía con el resto del universo. Si alguien mirara el reloj solamente en esos dos momentos, diría que funciona a la perfección, sin embargo, pasado ese instante, cuando los demás relojes acallan su canto y las manecillas continúan su monótono camino, mi viejo reloj pierde su paso y permanece fiel a aquella hora, donde una vez detuvo su andar.
Y yo amo ese reloj, y cuanto más hablo de él más lo amo, porque cada vez siento que me parezco más a él.
También yo estoy detenida en un tiempo, también yo me siento clavada en un momento, también yo soy, de alguna manera, un adorno inútil en una pared vacía. Sin embargo, disfruto también de fugaces momentos, en que misteriosamente llega mi hora, durante ese tiempo siento que estoy viva, todo se vuelve claro y el mundo parece maravilloso, puedo crear, volar, soñar, decir y sentir más cosas en esos instantes que en el resto del tiempo.
Estas conjunciones armónicas se dan y se repiten una y otra vez, con una secuencia inexorable. La primera vez que lo sentí, traté de aferrarme a ese instante creyendo que podría hacerlo durar para siempre, pero no fue así, como a mi viejo amigo el reloj, también a mi se me escapa el tiempo de los demás.
Pasados eso momento, los demás relojes que anidan en otras personas continúan su giro, y yo vuelvo a mi rutinaria muerte estática, a mi trabajo, a mis charlas de café, a mi aburrido andar que acostumbro a llamar mi vida, pero yo sé que la vida es otra cosa, yo sé que la vida, la de verdad, es la suma de aquellos momentos, que aunque fugaces, nos  permite percibir la sintonía con el universo. Casi todo el mundo cree que vive, sólo hay momentos de plenitud, y aquellos que no lo sepan e insistan en querer vivir para siempre, quedarán condenados al mundo gris y el repetitivo andar de la cotidianidad. Por eso te amo, viejo reloj, porque somos la misma cosa, tu y yo.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Esas estacas que nos impiden ser libres...

Cuando yo era pequeña me encantaban los circos, y lo que más me gustaba de los circos eran los animales, me llamaba especialmente la atención el elefante, que como más tarde supe era también el animal preferido por casi todos lo niños.
Durante la función la bestia hacía gala de un peso, de un tamaño y de una fuerza descomunales, pero después de la actuación y hasta poco antes de volver al escenario, el elefante siempre permanecía atado a una pequeña estaca clavada en el suelo con una cadena que aprisionaba una de sus patas, sin embargo la estaca era solo un minúsculo trozo de madera apenas enterrado a unos centímetros en el suelo, y aunque la cadena era gruesa y poderosa, me parecía obvio que un animal capaz de arrancar un árbol de cuajo con su fuerza podría liberarse con facilidad de la estaca, y huir.
El misterio sigue pareciéndome evidente, ¿Qué lo sujeta? ¿Porque no huye?, cuando yo tenía 5 o 6 años todavía confiaba en la sabiduría de los mayores, entonces pregunte a un maestro, a un padre, a un tio por el misterio del elefante, alguno de ellos me explicaron que el elefante no se escapaba por que estaba amaestrado, hice entonces la pregunta obvia, si está amaestrado ¿Porque la cadena?, la verdad es que no recuerdo haber recibido ninguna respuesta coherente.
Con el tiempo olvidé el misterios del elefante y de la estaca, y solo lo recodaba cuando me encontraba con otros que también se habían echo esa pregunta alguna vez.
Hace algunos años descubrí por suerte para mi, que alguien había sido lo suficientemente sabio, como para encontrar la respuesta. El elefante del circo no escapa porque a estado atado a una estaca parecida desde que era muy pequeño...  Cerré los ojos e imaginé al indefenso elefante recién nacido sujeto a la estaca, estoy seguro de que en aquel momento el animalito empujó, tiró y sudó tratando de soltarse, a pesar de sus esfuerzos no lo consiguió, porque aquella estaca era realmente demasiado dura para él, imaginé que el elefantito se dormía agotado, y que al día siguiente lo volvía a intentar, y al otro día, y al otro... Hasta que un día, un día terrible para su historia futura, el animal aceptó su impotencia y se resignó a su destino.
Ese elefante enorme y poderoso que vemos en el circo, no escapa porque cree, el pobre, que no puede, tiene grabado el recuerdo de la impotencia que sintió, realmente  poco después de nacer, y lo peor es que jamás a vuelto a cuestionar seriamente ese recuerdo, jamás, jamás intentó volver a poner a prueba su fuerza.
Y así es, todos somos un poco como el elefante del circo, vamos por el mundo atados a cientos de estacas que nos restan libertad. Vivimos pensando que no podemos hacer montones de cosas, simplemente, porque una vez, hace tiempo, cuando eramos pequeños lo intentamos y no lo conseguimos, hicimos entonces lo mismo que el elefante, grabamos en nuestra memoria este mensaje: "No puedo, NO PUEDO, y nunca podré". Hemos crecido llevando este mensaje que nos impusimos a nosotros mismos y por eso nunca, nunca volvimos a intentar liberarnos de la estaca.
Cuando a veces, sentimos los grilletes, hacemos sonar las cadenas, miramos de reojo la estaca, y pensamos: "No puedo y nunca podré"

domingo, 7 de octubre de 2012

Desahogos a solas, en silencio.

¿Cómo se desahoga alguien que no quiere que los demás sepan que le pasa? Cambias las versiones, mientes, disimulas, callas... Lo peor de todo es que sabes que si sueltas todo lo que piensas, todo lo que sientes, todo lo pasa por tu mente, vas a sentirte mucho mejor, pero al mismo tiempo prefieres callar. Callar.. Llevo tanto tiempo haciéndolo que es una costumbre, una rutina...
 Y por otro lado, ¿Para que contar lo que sientes? si al final siempre acabo con la sensación de que nadie me escucha, buscas consejos, los encuentras, y nunca es lo que esperas oir, nunca sientes ese desahogo total que esperas cuando te abres y decides contarlo... Por eso he decidido callar, no expresar las cosas tal y como las siento, ¿Para qué? si total las cosas están así, y unas sinceras palabras sacadas directamente del corazón no van a cambiar el mundo, al menos no el mio, mi mundo...
Ese Kaos absoluto, revuelto y lleno de sentimientos incomprensibles, esa caída constante, siempre al puto borde del abismo, sin nada ni nadie que te salve, pero a la vez todo se une y te anima a caer, y volver a caer..
Ese Kaos donde siempre siento la misma sensación, una rarísima sensación, pero intensa, tan intensa que te golpea el pecho como si de un mazazo se tratase. Una sensación casi imposible de explicar, no sé, es... Es como subir a oscuras las escaleras hacía tu dormitorio, y pensar que hay un peldaño más, el pie cae, y hay un horrible instante de oscura sorpresa.. Pues así, pero constante, continuamente así.
Y al final te resignas, te rindes y cedes a darte por vencido, porque aunque parezcas fuerte estás harta de luchar, de intentar. Harta de ilusiones en vano, y al final, siempre acabas por echarle una capa más a esa coraza que te estás ciñendo, esa coraza que con el tiempo se volverá indestructible, y conseguirás no volver a sufrir nunca más, aun que tampoco volverás a sentir "amor", "felicidad" y demás sentimientos casi imposibles de alcanzar, pero al fin y al cabo, ¿Que mierda importa no volver a sentir? si total, como ya e dicho antes las cosas están así, se hicieron así y, muy a mi pesar, permanecerán así... Sin remedio, sin retorno, sin una tregua que me ayude a respirar y, obligándome a seguir viviendo entre saltos y caidas, siempre al borde, siempre al filo.


viernes, 7 de septiembre de 2012

Instantes


Jorge Luis Borges 


Aquí os dejo un poema atribuido a Borjes, pero cuyo real autor sería  Don Herold o Nadine Stair.
Disfrutad:
Si pudiera vivir nuevamente mi vida, 
en la próxima trataría de cometer más errores. 
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más. 
Sería más tonto de lo que he sido, 
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad. 
Sería menos higiénico. 
Correría más riesgos, 
haría más viajes, 
contemplaría más atardeceres, 
subiría más montañas, nadaría más ríos. 
Iría a más lugares adonde nunca he ido, 
comería más helados y menos habas, 
tendría más problemas reales y menos imaginarios. 

Yo fui una de esas personas que vivió sensata 
y prolíficamente cada minuto de su vida; 
claro que tuve momentos de alegría. 
Pero si pudiera volver atrás trataría 
de tener solamente buenos momentos. 

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida, 
sólo de momentos; no te pierdas el ahora. 

Yo era uno de esos que nunca 
iban a ninguna parte sin un termómetro, 
una bolsa de agua caliente, 
un paraguas y un paracaídas; 
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano. 

Si pudiera volver a vivir 
comenzaría a andar descalzo a principios 
de la primavera 
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño. 
Daría más vueltas en calesita, 
contemplaría más amaneceres, 
y jugaría con más niños, 
si tuviera otra vez vida por delante. 

Pero ya ven, tengo 85 años... 
y sé que me estoy muriendo.

jueves, 23 de agosto de 2012

Volver a pintar, volver a soñar

Hoy a sido un gran día, hoy me e atrevido a coger una hoja de papel y un lápiz..
He empezado a soñar, he escuchado buena música y la inspiración me a venido sola.
Por lo tanto hoy a vuelto parte de mi felicidad, ya que la sensación de descubrir que aun se me da bien algo que me apasiona es indescriptible, pero feliz muy feliz.
Aquí os dejo un adelanto, solo un adelanto de lo que me queda por lograr.
Yo y mi debilidad por las manos.

viernes, 17 de agosto de 2012

Mi futuro, sin futuro

¿ Recordáis ese día en la escuela en el que os preguntaban que queríais ser de mayor? Yo si, como si fuera ayer. Y también recuerdo cual fue mi respuesta, sin dudarlo ni un momento dije que quería pintar.. Así es, pintar.
A sido desde que tengo uso de razón mi afición favorita, más que una afición era una necesidad, no podía pasar un día en el que no pintara y se me daba genial. ¿Y sabéis que? Llevo mucho tiempo sin hacerlo, tanto que seguramente ya ni siquiera sepa como coger un carboncillo entre mis dedos.
Recuerdo también que desde niña, conforme pasaba el tiempo, ese deseo de pintar para transformarlo en una forma de vida se hacia mas fuerte, se convertía en mi sueño... Soñaba que algún día trabajaría en una gran galería o en un reconocido museo de éxito. Me imaginaba que algún día sería una buena copista y que copiaría y/o ayudaría a restaurar grandes obras de arte.. E incluso me veía saliendo de mi taller toda manchada de pintura con unas pintas horribles a explicarles a un montón de gente importante en que consistían esas obras, que significaban, de donde provenían, cual era su composición, y porqué razón él o la artista las había creado, y que por supuesto yo sacaba mis copias y las enseñaba orgullosa... Ese era mi sueño, mi objetivo, pero no sé cómo, ni cuando dejé de hacer lo que más me gustaba en la vida. Y ahora estoy aquí esforzándome jodidamente para estudiar algo que tan siquiera me gusta, y ¿para qué?  Para acabar teniendo un buen trabajo, con un buen sueldo y unas buenas vacaciones.. Llamadme imbécil, pero yo no quiero eso, prefiero estar 20 horas al día encerrada en un taller pintando, haciendo algo que me apasiona, a estar 3 horitas diarias en cualquier oficina...
Y, joder! ¿para qué están los sueños si no son para cumplirlos? Quizás sea hora de sacar mi vieja caja de pintura y empezar a recordar esos sueños, y porque no, algún día, cumplirlos.

jueves, 9 de agosto de 2012

Un vacío que no se llena

Tras unos días exiliada en mi habitación me encantaría decir que he llegado a la conclusión de que realmente sé de donde viene este vacío, esta nostalgia, esta locura... Pero no es así.
Intento llenar el vacío que hay en mi interior con pensamientos positivos del tipo: "Tengo una vida estupenda, no me falta de nada, tengo unos amigos increíbles, una familia que me adora, un plato de comida encima de la mesa y un techo donde vivir..."
Y aunque todo esto es cierto siento que falta algo en mi vida, a veces creo tener claro lo que es, pero otras, o mas bien la mayoría no tengo ni la menor idea de lo que falla.
Supongo y solo supongo, porque es lo que anhelo en este preciso momento, es algo de atención, como un bebé que llora cuando busca la atención de sus padres o algo así. Y no, no necesito que me pregunten constantemente: ¿que te pasa? ¿que te ocurre? o ¿que has echo ahora?..NO. Aunque si que es verdad que se agradece que se preocupen por mi, por lo que me pasa o simplemente por lo que hago.
A veces(ahora, tal día como hoy) lo que realmente necesito es que directamente nadie me pregunte, quiero, o mas bien necesito palabras de aliento, necesito un: "me importa una mierda lo que te pase con quien te pase, lo que te ocurra, o lo que hayas echo, voy a sacarte una sonrisa de esas que duran para siempre, de esas que sabes que van con la intención de declarar de alguna manera que estoy aquí, que soy parte de tu vida y pienso seguir siéndolo", unas malditas palabras de aliento, no necesito los típicos "bah todo pasa" "verás como mañana lo ves de otra manera" y muchísimo menos necesito un "Joder, pues yo estoy tal o cual"...
Puede sonar bastante egoísta, egocéntrico o como queráis llamarlo pero estoy completamente segura de que todos os habéis sentido así alguna vez, y hoy me a tocado a mi.
Por lo que solo me queda esperar que este vacío se llene de alguna manera, pero sé que se acabará llenando, aunque quizás tenga que llenarlo yo.

martes, 7 de agosto de 2012

¿Un sueño o una señal?

Hoy, es decir anoche tuve un claro y revelador sueño en el que no puedo dejar de pensar.
Soñé que dejaba de vivir en la ciudad en la que nací, en que lo dejaba todo para comenzar de cero en "cualquier otro lugar". Un lugar nuevo con personas nuevas, personas que no te conocen, por lo que no me juzgaban, podía ser yo misma, yo misma sin pensar en las apariencias.
Yo pensaba que si algún día me mudaba a otra parte echaría tanto de menos a mis seres queridos que la estancia se me haría insostenible, pero ¿ Sabéis que? en mi sueño no era así, yo dejaba todo lo que tengo en mi vida y arriesgaba por conseguir algo mejor, y siempre me a dado miedo eso de "arriesgar", dejar algo bueno o malo por conseguir lo que deseas, algo mejor.
Lo más extraño de este sueño es que en el lugar que me encontraba tenía la sensación de que era mi verdadero sitio, mi lugar, al que pertenezco... Exactamente lo contrario a lo que siento aquí, puede sonar muy egoísta pero, ¿ no trata de eso la vida? ¿de buscar tu propia felicidad, aunque sea en otra parte?
Ahora una gran duda habita en mi mente ¿era solo un sueño o una señal? ¿Es este mi verdadero lugar, mi sitio, al que pertenezco o es otro, totalmente diferente?

lunes, 16 de julio de 2012

Cambios

Buenas noches señore/as, esta noche me encuentro bastante reflexiva, por lo que os voy a hablar de los cambios; cambios en las amistades, en los amores, en la familia, en la vida.
El cambio... Muchas veces me pregunto ¿Que es el cambio? ¿cual es el camino mas fácil para llegar a ese cambio que tanto esperamos? ¿Cambiará mi vida alguna vez como realmente la deseo, como la imagino, como la espero? Y siempre llego a la misma conclusión, todo me lleva al principio, al pasado. Y vuelvo a preguntarme ¿Porque si el cambio habla de futuro, cada vez que pienso en el cambio vuelvo al pasado? Pienso en esas decisiones que tomas en una milésima de segundo y hacen que tu vida de un giro de 180 grados. Como cuando decides darle tu amistad a alguien desconocido sin saber que acabará siento una parte de ti, o como cuando le abres las puertas de tu corazón a una persona.. Ahí es cuando aparecen los cambios, estos que llegan con los riesgo, que por otro lado ¿que sería la vida sin riesgos? Como el ejemplo expuesto antes, abrirle tu corazón a alguien, en mi opinión eso si que es realmente un riesgo... Porque en ese preciso instante sabes que todo va a cambiar, para bien o para mal, sabes que acabas de entregarle a esa persona el poder de destruirte desde dentro o por otro lado llenarte de vida. 
Y es ahí, en esos cambios, en esos minúsculos momentos cuando realmente te sientes vivo, cuando te arriesgas a cambiar, ya sea para bien o para mal, cuando te das cuenta que una vida sin cambios, una vida sin riesgos, no es una vida.

sábado, 9 de junio de 2012

Después de algún tiempo


Después de algún tiempo aprenderás la diferencia entre dar la mano y socorrer a un alma, y aprenderás que amar no significa apoyarse, y que compañía no siempre significa seguridad.
Comenzarás a aprender que los besos no son contratos, ni regalos, ni promesas... comenzarás a aceptar tus derrotas con la cabeza erguida y la mirada al frente, con la gracia de un niño y no con la tristeza de un adulto y aprenderás a construir hoy todos tus caminos, porque el terreno de mañana es incierto para los proyectos y el futuro tiene la costumbre de caer en el vacío.
Después de un tiempo aprenderás que el sol quema si te expones demasiado... aceptarás incluso que las personas buenas podrían herirte alguna vez y necesitarás perdonarlas... aprenderás que hablar puede aliviar los dolores del alma.... descubrirás que lleva años construir confianza y apenas unos segundos destruirla y que tu también podrás hacer cosas de las que te arrepentirás el resto de la vida.
Aprenderás que las nuevas amistades continúan creciendo a pesar de las distancias, y que no importa qué es lo que tienes, sino a quién tienes en la vida y que los buenos amigos son la familia que nos permitimos elegir.
Aprenderás que no tenemos que cambiar de amigos, si estamos dispuestos a aceptar que los amigos cambian.
Te darás cuenta que puedes pasar buenos momentos con tu mejor amigo haciendo cualquier cosa o simplemente nada, sólo por el placer de disfrutar su compañía.
Descubrirás que muchas veces tomas a la ligera a las personas que más te importan y por eso siempre debemos decir a esas personas que las amamos, porque nunca estaremos seguros de cuándo será la última vez que las veamos.
Aprenderás que las circunstancias y el ambiente que nos rodea tienen influencia sobre nosotros, pero nosotros somos los únicos responsables de lo que hacemos.
Comenzarás a aprender que no nos debemos comparar con los demás, salvo cuando queramos imitarlos para mejorar. Descubrirás que se lleva mucho tiempo para llegar a ser la persona que quieres ser, y que el tiempo es corto.
Aprenderás que no importa a dónde llegaste, sino a dónde te diriges y si no lo sabes, cualquier lugar sirve...
Aprenderás que si no controlas tus actos, ellos te controlarán y que ser flexible no significa ser débil o no tener personalidad, porque no importa cuán delicada y frágil sea una situación: siempre existen dos lados.
Aprenderás que héroes son las personas que hicieron lo que era necesario, enfrentando las consecuencias...
Aprenderás que la paciencia requiere mucha práctica.
Descubrirás que algunas veces, la persona que esperas que te patee cuando te caes, tal vez sea una de las pocas que te ayuden a levantarte.
Madurar tiene más que ver con lo que has aprendido de las experiencias, que con los años vividos.
Aprenderás que hay mucho más de tus padres en ti de lo que supones.
Aprenderás que nunca se debe decir a un niño que sus sueños son tonterías, porque pocas cosas son tan humillantes y sería una tragedia si lo creyese porque le estarás quitando la esperanza.
Aprenderás que cuando sientes rabia, tienes derecho a tenerla, pero eso no te da el derecho a ser cruel.
Descubrirás que sólo porque alguien no te ama de la forma que quieres, no significa que no te ame con todo lo que puede, porque hay personas que nos aman, pero que no saben cómo demostrarlo... No siempre es suficiente ser perdonado por alguien, algunas veces tendrás que aprender a perdonarte a ti mismo.
Aprenderás que con la misma severidad con que juzgas, también serás juzgado y en algún momento condenado.
Aprenderás que no importa en cuántos pedazos tu corazón se partió, el mundo no se detiene para que lo arregles.
Aprenderás que el tiempo no es algo que pueda volver hacia atrás, por lo tanto, debes cultivar tu propio jardín y decorar tu alma, en vez de esperar que alguien te traiga flores.
Entonces y sólo entonces sabrás realmente lo que puedes soportar; que eres fuerte y que podrás ir mucho más lejos de lo que pensabas cuando creías que no se podía más.
Es que realmente la vida vale cuando tienes el valor de enfrentarla.

domingo, 15 de abril de 2012

Decepciones..

Hoy, desde hace unos días.. Bueno más bien desde el 5 de Abril un extraño sentimiento de nostalgia y vacío invade mi mente. ¿El motivo? Pues este día fatídico, el cual espero olvidar pronto, tuve junto a unos amigos un accidente de tráfico. Un accidente que pudo acabar en tragedia si no hubiera sido por el cinturón de seguridad, gracias a eso hoy por hoy estoy aquí, o al menos eso dicen los médicos... Pero mi tristeza no viene por el accidente ya que gracias a Dios( o lo que se sea que haya ahí arriba) estamos todos mas o menos bien. Viene porque cuando tienes un accidente de este calibre esperas o mas bien deseas que tu seres querido(familia, amigos..) estén ahí apoyándote, dándote ánimos, o simplemente regalándote su presencia.. En general no puedo quejarme, ya que la mayoría de mis amigos han cumplido mucho mas de lo que esperaba, conocidos que se han preocupado por mi, aunque yo nunca lo hubiera imaginado, e incluso gente a la que odiaba y odio profundamente han tenido el atrevimiento de preguntar por mi estado de salud. Pero como siempre, no todo puede ser perfecto porque al igual que he tenido tantas personas a mi lado, a habido personas, o incluso me atrevería a decir que solo una persona a sido la que ha fallado. 
Esa persona a la que había querido de tantas maneras... No ha estado ahí, en estos momento en los que se supone que lo malo se queda atrás, por lo menos hasta que toda esta pesadilla pasara. Y no puedo evitar sentir un enorme dolor y vacío por dentro a causa de esta decepción. Al igual que queda el ultimo resquicio de esperanza por una mínima preocupación por su parte, aunque obviamente, no serviría de nada. 
Dicen que en estos momentos te das cuenta de quien esta a tu lado de verdad, y si, llevan toda la razón, lo que no te dicen es que al descubrir esto de las personas queridas, que no están o no han estado cuando debían, es que el dolor es tan fuerte que no se puede comparar con nada parecido. 
Así que en mi opinión lo único que me queda es esperar a que todo esto pase... el accidente, el daño causado por este, las decepciones, el dolor... Y comenzar a vivir de nuevo, y verlo todo con otros ojos, valorándolo todo mucho más, dándole importancia a las cosas más pequeñas, porque si algo bueno se saca de "volver a nacer" es que todo lo que tenias a tu alrededor que no valorabas, comienza a importarte mucho más de lo que jamás pensaste...