lunes, 10 de enero de 2011

Fotografías, instantes de vida guardadas en papel

" Hace unos días hicieron una encuesta a cien internautas para que votasen que tres fotografías que consideraban las mas importantes de la historia. La primera escogida era una instantánea de la bomba atómica lanzada sobre Nagasaki;



La segunda, el hombre pisando por primera vez la Luna,


pero la tercera fue la que mas me gustó, mostraba a dos enamorados besándose mientras el mundo gira a su alrededor, me gusta saber que entre las tres fotos mas importantes de la historia están dos enamorados, congelados en un beso interminable, refugiados contra el olvido,

quizás es eso lo que sentimos cuando vemos fotografías antiguas, que por ellas no pasa el tiempo, como esos mosquitos atrapados en ámbar durante millones de años, el mundo sigue adelante pero ellos se quedan allí atrapados para siempre, sin cambiar, como las fotos guardadas en una caja de zapatos… instantáneas de otro tiempo, que nunca volverá.

Una vez le preguntaron a Lewis Hine, un fotógrafo de guerra, que porque había elegido esa profesión, el contestó que si pudiese contar con palabras todo lo que veía, no necesitaría cargar todo el día con una cámara de fotos... Que ciertos momentos de belleza, de desolación, de horror y de heroísmo estaban más allá de las palabras. Yo también lo creo hay cosas que no podemos explicar con simples palabras, cosas como seguir vivos, sentimientos como el amor y el compromiso o sensaciones como volver a abrazar a un amigo. Quizá por eso nuestra vida se compone de imágenes, momentos congelados en el tiempo para siempre, de decisiones que cambian sin remedio el rumbo de las cosas, de fotografías fijas guardadas en la memoria que nos recuerdan cada segundo lo hermoso que es vivir.

El miedo

"El miedo es como la familia, que todo el mundo tiene una, pero aunque se parezcan, lo miedos son tan diferentes y tan personales, como pueden serlo todas las familias del mundo. Hay miedos tan simples como desnudarse ante un extraño, miedos con los que uno aprende a ir conviviendo. Hay miedos hechos de inseguridades, miedo a quedarnos atrás, miedo a no ser lo que soñamos, a no dar la talla. Miedo a que nadie entienda lo que queremos ser. Hay miedos que nos va dejando la conciencia, el miedo a ser culpables de lo que les pase a los demás, y también el miedo a lo que no queremos sentir, a lo que no queremos mirar, a lo desconocido. Como el miedo a la muerte, a que alguien a quien queremos desaparezca. Y hoy he escuchado a un señor en la tele, un señor encantador, que decía que la felicidad es la ausencia de un miedo. Y entonces me he dado cuenta de que últimamente, yo ya no tengo miedo. Librarse del miedo es como quitarse la ropa delante de alguien, a veces cuesta, pero cuando empiezas lo único que tienes que hacer es seguir, sin dudar, y de repente te das cuenta de que el miedo ya no te pertenece, ha desaparecido, como esa ropa que un día dejas de usar."