domingo, 17 de noviembre de 2013

No culpes a nadie

Nunca te quejes de nadie, ni de nada porque fundamentalmente tú has hecho lo que querías en tu vida. Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El triunfo del verdadero hombre surge de las cenizas de su error. Nunca te quejes de tu soledad o de tu suerte, enfréntala con valor y acéptala, de una manera u otra es el resultado de tus actos y piensa que tú siempre has de ganar. No te amargues de tu propio fracaso ni se lo cargues a otro, acéptate ahora o seguirás justificándote como un niño. Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible para claudicar. No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como la causa de tu futuro, será tu presente. Aprende de los audaces, de los fuertes, de quien no acepta situaciones, de quien vivirá a pesar de todo. Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, y tus problemas sin eliminarlos, morirán. Aprende a nacer desde el dolor y a ser más grande que el más grande los obstáculos. Mírate en el espejo de ti mismo y serás libre y fuerte, y dejarás de ser un títere de las circunstancias porque tu mismo eres tu destino. Levántate y mira el sol por las mañanas, y respira la luz del amanecer. Tú eres parte de la fuerza de tu vida. Ahora despiértate, lucha, camina; decídete y truinfarás en la vida.
Y recuerda: Nunca pienses en la suerte porque la suerte es el pretexto de los fracasados.

miércoles, 27 de febrero de 2013

Soltar, dejar partir II

Estamos entrenados a pensar que no debemos sufrir, hemos sido educados por nuestros padres para convencernos de que sufrir es algo dañoso, que sufrir nos puede destruir, que el dolor; que el dolor puede aniquilarnos. Pero el dolor es tan saludable en nuestras vidas como lo es la tristeza. El dolor es tan constructivo como puede ser cualquier alerta de que algo se ha desacomodado.
Es importante, no transformar el dolor en sufrimiento; el dolor es el paso por un lugar no deseado, el sufrimiento es armar una carpa y quedarse a vivir en ese lugar indeseable. El duelo; el duelo es el pasaporte que nos saca del sufrimiento y que permite que el dolor pase.
Pero es imposible dejar de desear, y también es imposible poseer infinitamente y para siempre todo lo que deseamos. No somos omnipotentes, ninguno de nosotros puede ni podrá jamás tener todo lo que desea, ¿Existe la solución?.
Yo creo que existe y creo que está a la mano para cualquiera, la posibilidad es aprender a entrar y salir del deseo, es desarrollar la capacidad de desear sin quedarse pegado a ese deseo, sin agarrarse como se agarra un alpinista a la soga que cree que le salvará la vida. Aprender es, sobretodo, aprender a soltar; soltar herramientas que ya no necesito, soltar personas que he perdido, soltar situaciones que se transforman, soltar vínculos que cambian, soltar etapas de la propia vida que han quedado atrás  soltar los momentos que se han terminado, y cada uno de ellos ha sido una pérdida que hay que elaborar  Han sido etapas de mi vida que han pasado y es mi responsabilidad enriquecerme al despedirlas.
"-Gran maestro- Dijo el discípulo  -He venido desde muy lejos para aprender de ti, durante años he estudiado con todos los iluminados y gurús del país  y todos han dejado mucha sabiduría en mi. Ahora creo que tú eres el único que puede ayudarme a completar mi búsqueda de la sabiduría, enséñame maestro lo que me falta saber.-  Baduín, el sabio, siempre sereno, le dijo que tenia mucho gusto en enseñarle todo lo que sabía pero antes de empezar iban a beber un té. El alumno agradecido se sentó junto al maestro. Baduín trajo una tetera y dos tazas de té, ya llenas, alcanzó una de ellas al alumno y tomó la otra. Antes de que el discípulo empezara a beber, Baduín empezó a volcar más té en la taza, ya llena, del alumno. El líquido no tardo en derramarse, -Maestro, maestro por favor deja de echar más té sobre mi taza.- Dijo el alumno. Baduín parecía no escucharlo, luego lo miró a los ojos y le dijo -Hasta que no seas capaz de vaciar tu taza, ni yo ni nadie podremos poner mas conocimiento en ella.-"
Hay que vaciarse para poder llenarse. Una taza, dice Khrisnamurti, sólo sirve cuando está vacía, no sirve una taza llena, no hay nada que se pueda agregar en ella.
Esta es tu vida, vas a tener que deshacerte del contenido de tus tazas llenas si quieres llenarla otra vez. Tu vida se enriquece cada vez que llenas una taza, pero también se enriquece cada vez que la vacías, porque cada vez que vacías tu taza estás abriendo la posibilidad de llenarla de un contenido nuevo.
Y una de las tazas que más me cuesta vaciar, y que ,seguramente, más te cuesta vaciar a ti es la imagen que tenemos del mundo, porque queremos atenernos a que el mundo siga siendo como nosotros lo vimos, porque no queremos aceptar que el mundo cambia, no queremos aceptar que el mundo no es como yo quiero que sea, y que esto implica un duelo. Si me animo a soltar el contenido de la taza de un sueño, quizás, pueda encontrarme en la mejor ruta para descubrir la verdad.
Hamlet Lima Quintana escribió una poesía, "Transferencia", que dice:
"Después de todo, la muerte es una gran farsante.
La muerte miente cuando anuncia que se robará la vida,
como si se pudiera cortar la primavera,
porque al final de cuentas la muerte solo puede robarnos el tiempo,
las oportunidades de sonreír, de comer una manzana,
de decir algún discurso, de pisar el suelo que se ama,
de encender el amor de cada día,
de dar la mano, de tocar la guitarra,
de transitar la esperanza, solo nos cambia los espacios,
los lugares donde extender el cuerpo,
bailar bajo la luna, o cruzar a nado un río,
habitar una cama, llegar a otra vereda,
sentarse en una rama,
descolgarse cantando de todas las ventanas.
Eso puede hacer la muerte, pero robar la vida,
robar la vida no puede.
No puede concretar esa farsa porque la vida,
la vida es una antorcha que va de mano en mano,
de hombre a hombre, se semilla en semilla,
una transferencia que no tiene regreso,
un infinito viaje hacia el futuro,
como una luz que aparta, irremediablemente, las tinieblas."
Claro que cuesta trabajo soltar aquello que no tengo, claro que es trabajoso poder desligarse y empezar a pensar en lo que sigue. Por supuesto, es el peor de los desafíos que implica ser un adulto sano y ,sin embargo, no hay otro camino.
Este es el coraje, esta es la fortaleza de la madurez, saber que puedo afrontar lo que me pase, que inclusive puedo afrontar la idea de que alguna vez, alguna vez, yo mismo, no voy a estar. Quizás pueda, por el camino de entender lo transitorio de todos mis vínculos  aceptar también algunas de las cosas que son más difíciles de aceptar; que no soy infinito, que hay un tiempo para mi paso por este lugar y por este espacio. Y ,sobretodo, que de debo hacer hoy las cosas que voy dejando de lado.

viernes, 11 de enero de 2013

Para avanzar hay que renunciar

Muchas veces la vida está relacionada con soltar lo que alguna vez nos salvó. Soltar las cosas a las cuales nos aferramos intensamente, creyendo que tenerlas es lo que nos va a seguir salvando de la caída.
Imagínate que vas por una selva, te encuentras un río y debes seguir tu camino. El río es muy profundo, no lo puedes cruzar caminando, no hay un puente, ni un barco, ni un botero, ni un vado. Y entonces, durante días y días, durante semanas o meses te dedicas a construir un bote, un bote que te permita cruzar el río. Y lo haces, y estás contento contigo al otro lado del río porque construiste tu bote que te permitió seguir y piensas: "quizás haya otro río", "quizás pueda evitarme el trabajo de seguir construyendo otros botes", "debo llevar el bote conmigo". Y entonces intento avanzar por la selva cargando con él, pero es tan difícil es tan complicado, tropiezo con cada rama, me llevo por delante cada liana, es imposible. pero persisto, no quiero dejarlo, después de todo a sido tan útil para mi.
Y sin embargo, esto que un día me salvó, este bote que un día representó la posibilidad de seguir, hoy es mi mayor impedimento.
Ser un adulto significará aceptar que soy capaz de hacerlo una vez más, significará dejar atrás aquello que hoy no me sirve, aquello que alguna vez me sirvió pero que hoy no tiene sentido en este camino y apostar a que si hay un nuevo río seré hoy más sabio para construir un nuevo bote.

lunes, 7 de enero de 2013

El que algo quiere, algo le cuesta

Escribir todo lo que no soy capaz de decir es lo unico que en este momento se me da bien...
¿Sabeís esa sensación de haber conocido a una de las mejores personas de tu vida? Yo si. Y sabes que harías cualquier cosa porque esa persona permaneciera a tu lado, incluso ser lo que no quieres ser o admitir y comprender que hay cosas que no están a tu alcance, pero aún así darías todo lo que tienes por ver su sonrisa. A mi me está ocurriendo ahora, en este preciso instante.
Y te das cuenta de que son importantes en tu vida porque cuando se van o cuando dejan de ser.. Se hace un pequeño hueco en el corazón, un hueco que automaticamente se llena de esperanza, la esperanza de que esa persona vuelva.
Me encantaría poder sentir odio, rencor o indirefencia, pero no, lo unico que puedo sentir en este momento es su dolor y su tristeza. Y si, mentiria si dijera que no siento impotencia, la impotencia de creer o de desear que nosotros mismo no tenemos la culpa. Pero a su vez te sientes triste por haber hecho todo lo que esta en mi mano por esas personas y que no haya sido suficiente. Dicen que hay personas que no nacen para permanecer siempre en tu vida pero ¿Quien a dicho que no podamos luchar porque eso cambie? Hoy me siento hundida, pero el sufrimiento no dura eternamente, ni tampoco las  malas rachas, ni las malas situaciones.. Después de todo cuando acaba la tormenta siempre sale el sol.
Y puede que sea dar palos a ciegas o como pegarme contra un muro y hasta mentiria si dijera que no tengo miedo, pero nunca es tarde para dar motivos de que si que es posible que una persona nunca se vaya de tu vida y no, no pienso rendirme, quizá algun dia lo haga pero no ahora.
Porque nadie mejor que yo sabe que lo que realmente vale la pena cuesta trabajo y esfuerzo, pero al fin y al cabo es lo que me hace feliz, lo que hasta hoy me ha estado haciendo hecho feliz. Y nunca se me ha dado bien renunciar a lo que quiero y no voy a empezar ahora.